la historia de luz

Fuimos a casa de Alex, a los cinco minutos llegaron los demás, no había rastro de Lucas ni de virginia.
-Ey! Luz ¿que tal estas?
-Viva, si no fuese por ti, ese idiota me hubiera matado- dije mientras le daba un abrazo.
-De nada mi princesa
-Bueno ¿empezamos?
-Vale, vosotros al jardín, vosotros a la cocina…- así fuimos cogiendo cada uno una habitación, ami me toco una de la planta de arriba.
Cogí una escoba, cuando entre en la habitación no vi un gran desorden.
Recogí los vasos que había en el suelo, estire las sabanas, y barrí en suelo.
Suponía que era la habitación de Alex, en la mesa había un montón de folios, bueno mejor dicho de dibujos. Eran casi todos de paisajes, estaban geniales, eran todos parecidos pero distintos a la vez, había una que me llamo bastante la atención, era una chica jugando al futbol, había algo que me resultaba muy familiar.
Yo seguí mirando los dibujos, pero alguien me los quito de las manos, me gire y vi a Alex detrás mío.
-¿que haces?
-Lo siento…
-No pasa nada.
-No si que pasa, e estado violando tu intimidad sin tu permiso, de verdad lo siento- me sentía fatal, no lo pude evitar, una lagrima corrió por mis mejillas, esto me recordaba mucho a mi padre, con el siempre iba al campo y el me pintaba mientras yo recogía flores, le echaba de menos, no lo pude evitar y una lagrima tras otra corrieron por mis mejillas.
-E luz, no llores, no pasa nada- dijo mientras me estrechaba entre sus fuertes brazos.
-No es eso…
-¿Entonces?
Le conté lo que me pasaba y toda la historia de mi familia.
Cuando acabamos de limpiar fuimos a dar un paseo.
Pasamos por la heladería donde Alex me invito u un helado.
Saque mi cartera, y vi el papelito que me dejo en la ventana.
-mira.
-Ha, es verdad, oye chicos que nosotros nos vamos.
Nos despedimos y entramos en la heladería.
-¿que quieres tomar?
-Un batido de dulce de leche.
-Vale.
Cuando tuve mi batido, nos sentamos en una mesa apartada.
-¿quieres?
-No gracias no me van los batidos.
-Tu pruébalo y me dices
-Vale… esta rico
Cuando fui a beber yo, la pajita se había atascado con el caramelo.
Cuando saque la pajita y vimos el caramelo, Alex y yo nos empezamos a reir.
-¿quieres?
-Vale.
-Bueno, ¿ya estamos en paz no?
-No, te debo una comida
-¿Y eso?
-Tu as echo el desayuno yo hago la comida.
Fuimos a casa, le dije que esperara en el salón.
Estaba haciendo un bizcocho, cuando Alex llego por detrás mío y me lleno la cara de harina, le perseguí por la cocina tirádole harina, acabamos tirados por el suelo llenos de harina, no me quedaban fuerzas, pero todavía me quedaba un puñado de harina, estaba apunto de tirarselo cuando Alex se me tiro encima.
-e que te veo. O tiras la harina o te rompo este huevo en la cabeza.
-Como usted ordene.- hice como si tirase la harina al suelo, pero se lo tire a la cara.
-Te vas a enterar.- y me tiro el huevo a la cara.
-Salimos al jardín para limpiarnos, Alex cogió la manguera y empezó a mojarme y yo en cuanto pude le moje...
Empezó a oler a quemado y Salí corriendo a la cocina, pero antes de entrar Alex me llamo y cuando me gire me volvió a mojar.
Entre en la cocina, el bizcocho se había quemado.
-por hacer el idiota nos hemos quedado sin postre.
-O que pena, pero ha estado bien recompensado.
-Anda sal al sol, que te vas a poner malo.- se quito la camiseta y le la tiro a la cara.
-Te vas a enterar, escurrí la camiseta y empecé a darle latigazos.
-Hay! ¡Para!.
-Pídeme perdón
-Lo siento
-No te creo
-Vale, se acerco a mí y me abrazo.
-Bueno así esta mejor- fui a tender la camiseta sobre la valla, y cuando me di la vuelta me volvió a mojar, y la camiseta acabo empapada. Suerte que debajo llevaba el bikini, y me quite la camiseta.
-Cualquiera que nos vea.